Bandas latinas en L'Hospitalet

Este contenido fue publicado originalmente en el blog de la Delegación de PxC de L'Hospitalet de Llobregat.

 

La expansión de las bandas latinas está en auge en Cataluña, pero es en l’Hospitalet y en Cornellà donde se hacen notar especialmente, donde tienen su asentamiento más fuerte y potente.

A pesar de la progresión de la violencia, presente en nuestras calles, a pesar de que estas bandas se adueñen de parques y pistas deportivas públicos, exigiendo a otros un pago por usarlas, a pesar de las muertes producidas en reyertas entre ellos y agresiones a catalanes, nuestros políticos y los mandos policiales le restan importancia.

“Se está registrando una actividad cada vez más violenta y agresiva entre estas bandas latinas”, diagnosticó la unidad de investigación de los Mossos en Cornellà de Llobregat el 31 de mayo del año pasado. Lo hizo en un informe que describe como la Mara Salvatrucha se había hecho fuerte en esta ciudad y en la vecina de L’Hospitalet desde 2008, y que ofrece una visión a pie de calle. Desde una perspectiva más general, el experto de la policía catalana en estos nuevos grupos juveniles violentos, que ha seguido su evolución desde su implantación en Cataluña, hace unos siete años, relativiza: El fenómeno “preocupa, pero de ninguna de las maneras alarma”, declara el subinspector Lluís Paradell a la ACN y que recoge el diario ‘La Vanguardia’.

Si la constatación de que se registre una actividad cada vez más violenta y agresiva no les parece alarmante, está claro que tanto los políticos como el señor Paradell y compañía no tienen hijos que no pueden jugar en los parques, en las pistas públicas, y que no asisten a institutos donde pueden matarlos a la puerta, como el chico de 14 años apuñalado en la entrada de su centro en el barrio de Sant Ildefons de Cornellà.

Daniel Ordóñez, alcaldable por l’Hospitalet, planteó el asunto de las bandas latinas hace unos meses, en una sesión del Ayuntamiento, pero no le prestaron más atención que si hubiese hablado de extraterrestres, lo cual nos deja claro el nulo interés del consistorio por la seguridad de niños y jóvenes.