domingo, 10 de julio de 2011

Disturbios en Salt, lo que crean los políticos

Este contenido fue publicado originalmente en el blog de la Delegación de PxC de L'Hospitalet de Llobregat.



En la imagen, Iolanda Pineda alcaldesa de Salt (PSC), en alegre camaradería con los musulmanes que no cesan de causar disturbios es esta población gerundense donde los inmigrantes son el 40% de la misma.
El del círculo es Morad-el-Hassani, delincuente con varios antecedentes y que se erigió en portavoz del colectivo inmigrante durante los disturbios de febrero de 2010.

Doce vehículos quemados, además de contenedores, mobiliario urbano y actos de pillaje. ¿El motivo? Que la policía diese el alto a un joven marroquí que circulaba en una moto presuntamente robada. El chico quiso huir trepando por el canalón de desagüe de un edificio y cayó desde un cuarto o quinto piso.
Este es el motivo para que esta horda de salvajes se hayan dedicado a arrasar cuanto han podido, provocando el terror en lo que antaño fue una tranquila población catalana y cuyos habitantes viven ahora bajo el miedo y la opresión.
Significativas son las palabras de la alcaldesa que les protege, al haber tenido que hablar:

Si tirar al suelo unas motos ha de salir gratis… no puede ser. Y si son menores, pues a través de sus padres. No digo expulsarlos, pero al menos, que no tengamos que ser todas las administraciones que perdemos los contenedores.
Aparte de la pésima contrucción, sobretodo en la última frase, queda patente que esta señora, o no sabe lo que ha pasado en su pueblo, o no sabe ya como restar importancia a los actos delictivos cometidos por sus protegidos. “Tirar al suelo unas motos”… ¡Doce vehiculos quemados, señora! “Contenedores perdidos”… ¿Y los actos de pillaje? ¿Y el terror propagado? ¿El miedo de la gente a salir de casa?

Esto es la izquierda, señores. La casta podrida abre nuestras puertas al pillaje y el terror. Recordemos el caso de Cunit, de como la alcaldesa de dicha población, también del PSC, protegió al iman que acosó y amenazó a una trabajadora marroquí del Ayuntamiento por negarse a ponerse el velo.

Los musulmanes no se integran, vienen a imponerse, y socialistas y ecocomunistas les ayudan descaradamente a conseguirlo.
Aquí tenemos una prueba de que la policía tiene las manos atadas por quienes dictan normas y leyes:
Un carterista marroquí, burlándose de la ¿autoridad?…, sabiendo perfectamente que goza de total impunidad, de que ellos están protegidos, de que son los amos. De que están por encima de nosotros porque así lo quieren los que mandan.

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